Comprar lo hecho en México fortalecería nuestra economía

A veces en México, y sin cuidar las finanzas personales, pensamos que comprar en franquicias o en cierto tipo de tiendas nos da status, entonces en lugar de consumir en una cafetería de la colonia (que es más barato) vamos a un Starbucks a pagar café o desayunos con sobreprecio, o en lugar de ir a una pizzería local vamos a una de franquicia como Domino’s pizza, Little Caesar’s, etcétera.

En octubre de 2023 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) informaba que en los primeros siete meses de ese año el consumo de bienes nacionales había caído 0.3 por ciento, en cambio el consumo de bienes importados creció 18.7%. En este mes de febrero 2025 el INEGI actualizó ese dato y dio a conocer que de 2018 a 2024 el consumo de bienes nacionales había crecido 5%, pero el consumo de bienes importados creció 50%, pero ojo porque esto tiene la siguiente explicación: en gran medida esta subida de consumo por lo extranjero se debió al superpeso, pues recordemos que hace meses el precio promedio del peso frente al dólar rondaba los 16 pesos por dólar.

No importa en qué momento se quiera medir qué tanto consumimos lo nacional o lo extranjero, la realidad es que en México tenemos la fuerte tendencia a preferir más lo extranjero que lo hecho en México y explicaciones hay muchas: desde un verdadero malinchismo hasta que en nuestro país los consumidores no encuentran productos de buena calidad a buen precio, pero al final el resultado es el mismo, que en el mercado interno los productos nacionales acaban siendo desplazados por los extranjeros y ello afecta nuestra economía.

¿Cómo nos afecta no consumir lo hecho en México?

Cuando desayunamos o cenamos en la cafetería de la colonia o compramos zapatos hechos en Guanajuato, lo que hacemos es mover el mecanismo del llamado “mercado interno” o la “economía doméstica”, así contribuimos a que los empleos se mantengan y beneficiamos a las familias dueñas de las empresas locales de productos y servicios; entonces hacer esto todos los días en todo México movería los engranes de la economía nacional.

Por ejemplo, un gran atino de Tiendas 3B (aunque es una tienda propiedad de un estadounidense) es que le dio oportunidad a micros, pequeñas y medianas empresas mexicanas de exponer y poner al alcance de los consumidores sus productos hechos con capital mexicano, tal y como sucede en localidades de EU donde la gente consume lo local.

Cuando consumimos lo hecho en México evitamos que crezca el desempleo, que el peso se devalúe, contribuimos a que nuestro mercado interno se fortalezca y hacemos que la economía local dependa menos de lo que pase afuera de nuestras fronteras, porque al consumir lo local inyectamos fortaleza para aguantar golpes y las crisis provocadas en el exterior.

Por el contrario, consumir más productos importados hace que seamos más vulnerables a lo que pasa en el exterior, además de que pagamos más dinero por los bienes de afuera porque nos cobran más impuestos por traerlos hasta México.