Una de las certezas de la vida es que es incierta, muchas cosas siguen su marcha como la edad, los achaques en la salud, etcétera. La vida (así como el tiempo) es un camino que va sólo de frente y en él encontramos baches, curvas y demás obstáculos en los cuales, en la mayoría de los casos, no hay señalizaciones ni advertencias y simplemente nos toman por sorpresa. En ese sentido, los gastos imprevistos combinados con la falta de capacidad de generar ahorro para enfrentarlos son factores que juegan en nuestra contra, ello a su vez nos puede generar estrés, ansiedad y otros trastornos.
¿Qué es el estrés financiero?
Existen varias definiciones, pero casi todas están de acuerdo en que el estrés financiero sucede cuando la persona tiene dificultades económicas o incertidumbre financiera, ello desencadena angustia y presiones emocionales como ansiedad o sensación de vulnerabilidad, esto a su vez provocaría diversos problemas físicos. Entonces podemos decir que una mala salud financiera puede conducir a problemas de salud, por ello es se suma importancia no perder de vista que gozar de salud financiera contribuye a prevenir el estrés financiero, así como sus probables efectos negativos en la mente y el cuerpo.

¿Qué problemas físicos o emocionales provoca el estrés financiero?
De acuerdo con el estudio “COVID-19 Global Impact” el estrés financiero es negativo porque puede generar los siguientes problemas emocionales y de salud:
- Insomnio.
- Depresión.
- Alteraciones del sistema inmune.
- Problemas cardiovasculares (del corazón).
- Falta de concentración.
- Sensación de cansancio constante.
- Irritabilidad.
- Apatía.
- Tristeza.
Lo peor del caso es que los problemas anteriores impactan en otros aspectos importantes de quien los padece, como en la convivencia con la familia, la relación con los demás y el ambiente laboral, es decir, impactan en áreas clave del bienestar emocional.
La educación financiera evita el estrés financiero
Para lograr esta protección o anticipación de los problemas financieros que nos pudieran ocurrir y así evitar el estrés, es importante tener educación financiera la cual nos ayuda a adquirir conocimientos prácticos para tomar mejores decisiones económicas que contribuyan a obtener bienestar personal y familiar.
La educación financiera nos ayuda a tener paz mental y a vivir mejor porque nos enseña cómo funciona un presupuesto, el crédito, las inversiones, cómo ahorrar, contratar seguros y preparar el retiro. Cuando más jóvenes entendamos estos conceptos, su importancia y los llevemos pronto a la práctica, obtendremos mejores resultados y menos estrés financiero porque no es lo mismo ahorrar e invertir para el retiro desde que se comienza a trabajar que hacerlo después de los 50 años.
Cuando tienes y llevas a la práctica tus conocimientos financieros padeces menos estrés porque:
- Cuidas y haces rendir mejor tu dinero.
- Usas responsablemente los productos y servicios financieros.
- Creas los recursos que necesitas para generar un patrimonio estable (casa, ahorro, negocio propio, etcétera).
- Conoces tus derechos financieros.
- Te haces más competente (eficaz) y competitivo (te posicionas) en el mercado productivo.
Si ya detectamos que tenemos dificultades económicas y/o incertidumbre financiera que nos están causando ansiedad y/o sensación de vulnerabilidad, entonces el mejor camino será perfeccionar nuestra educación financiera, ello nos permitirá hacer un seguimiento de lo que ganamos y en qué lo gastamos, encontrar gastos superfluos o innecesarios que podemos dejar de hacer, pagar las deudas que tenemos y hacer un plan de ahorro.